“Barcos que vuelan”, “Natación”, “Humanitos”, “Sueños eróticos”, “Calvicie”, “Cosas perdidas”, “La pipa”, “El ojo” son algunos de los sueños que el autor describe, con una lucidez y una sinceridad ejemplares, tanto en el testimonio de lo soñado como en la meditación que lo rodea.
Dice Fogwill: “Y tal vez sean una obra. Obra del sueño u obra del dueño, siempre será más original que cualquier intento de ficción. Cualquiera —y a mí me ha sucedido— puede volver a escribir o a reescribir la obra de otro, pero nadie podrá resoñar tus sueños, ni soñar los suyos con tu propio estilo de soñar, o de escuchar tus sueños”. Ficha técnica