Bajo seudónimo, el autor, que parece ser un tímido solterón bueno para poco, presenta con pluma ligera una selección de más de ciento cincuenta someros vistazos sobre nuestra chilenidad que resaltan a su ojo originariamente extranjero. Sus textos «cultivan recuerdos de sus lejanos tiempos británicos», cotejados con sus vivencias en nuestro país. B. B. Cooper y su formidable tía Waverley —cuya arrolladora personalidad domina el libro y la vida de su autor— no son de allá ni de acá. Son inmigrantes aclimatados, pero no plenamente locales.