En El secreto del padre Brown, ambientada en España, se revela una pista esencial sobre la filosofía del singular detective creado por G.K. Chesterton: ''Nadie es realmente bueno hasta que no descubre lo malo que es, o que puede llegar a ser''. A diferencia de los métodos basados en detalles científicos de un Sherlock Holmes, el modesto padre Brown aparece como un razonador más intuitivo que puede ‘meterse’ en la mente de un criminal. Su empatía con los otros convierte las historias de este sacerdote católico en un ameno ensayo sobre la naturaleza humana. '