Edgar Allan Poe, calificado por sus contemporáneos como charlatán, plagiario, mentiroso patológico, egomaníaco y borracho irresponsable, hizo lo que ningún escritor norteamericano había hecho antes: liberar las terribles imágenes que atesora el subconsciente para dejarlas caminar en las páginas impresas y construir sobre ellas una colección de cuentos que le han situado entre los grandes maestros del relato corto y entre los fundadores de géneros como la ciencia-ficción, la novela policíaca o el