Entre las obras narrativas de Germán Marín, este dietario ocupará un lugar ineludible por su estructura abierta, fragmentaria, y por una leve modulación respecto de su original humor literario. Estamos ante un libro breve y contundente, melancólico y ácido, donde la furia ha dado paso a un escepticismo radical. El protagonista es un sujeto cansado y aburrido, fuera de la moda, que divaga con sagacidad sobre los tópicos que lo acosan como observador. Con la óptica del extrañamiento aborda los sueños oscuros que lo sacuden, los trastornos de las costumbres y de la ciudad que habita, y comenta las contrariedades que divisa en un presente arduo y al borde de estallar.” Matías Rivas
“La lucidez y rabia de Marín no tienen punto de comparación en la literatura chilena. A través de este libro mantiene una lucha personal contra el avance del tiempo y rescata lo que se ha perdido con la mano fantasma de la memoria.” Benjamín Labatut